Solo él provocó ese sentimiento tan extremadamente intenso, solo él dejó una huella enorme, un sello imborrable en el interior de su alma.
Solo él consiguió romper todos sus esquemas mentales, sus barreras, resquebrejar sus límites, inhabilitar sus rigidos ideales y le ayudó a amar con toda su alma.
Solo él se convirtió en su pasión, en su amante, su confidente, su amigo, solo él fue capáz de provocar escalofríos en su piel con una mirada, de sacarla de quicio, de descolocar su mente racional, de perturbar su quietud, de arrastrarla hasta las profundidades de la pasión desenfrenada y perder el control, desnudar su alma con cada palabra, guiarla hacia lo imposible, hacer que se sienta protegida, cuidada, amada.
Sólo él, nadie más, ese hombre que un día decidió abandonar su camino, prescindir de sus caricias, marchitar esa locura que vivieron juntos y que provocó que ella sea lo que es ahora.
