una sonrisa en el cielo

Él, rondaba los 40 años y ella los 35. Cada uno tenía su vida, pero desde que el destino les unió por primera vez no podían dejar de saber el uno del otro y además, solían quedar cada cierto tiempo para compartir una comida o una cena, dar un paseo, conversar sobre sus inquietudes y eso lo llevaban haciendo varios años…desde aquel primer día.

Ella era una persona algo tímida, le encantaba el deporte, la comida saludable, el cine, amante de los viajes y con una sonrisa cautivadora capaz de enamorarte en apenas un instante…

Él, un lobo solitario, incapaz de equilibrar su vida sentimental, muy centrado en el trabajo, había conseguido cierto éxito, muy extrovertido, siempre rodeado de amigos, con gran facilidad para la conversación y con un gran don de gentes…

Aquella noche, habían quedado para cenar en un restaurante a los pies del mar mediterráneo, bajo la luz de la luna. Degustaron la cena mientras conversaban sobre sus vidas, sobre sus futuros proyectos, sus problemas e inquietudes. Terminaron de cenar y él, al que le gusta la espontaneidad le propuso ir a un karaoke a tomar algo y cantar alguna canción..

En el karaoke, él subió al escenario a cantar varias canciones y eligió una canción que habla del amor y que él siempre escuchaba en su casa cuando era adolescente para que la cantases juntos en el escenario. Él trató por todos los medios de convencerla para que subiese a cantar con él esa canción. Ella, dada su timidez se negó varias veces a subir al escenario y hasta el DJ de la sala intentó sin éxito varias veces que ella subiese a cantar llamándola por su nombre en voz alta…no fue posible…

Al terminar la velada y despedirse, él le dijo que se había quedado con las ganas de cantar esa canción junto a ella, que seguro hubiese sido un momento precioso..pero que tenía la esperanza de que en la próxima cita lo pudiesen hacer..Ella guiñó el ojo y le dijo que se lo prometía…que vencería su timidez sólo por ese momento…Así se despidieron…

Lo que aquel hombre no sabía es que ella estaba enferma, le había ocultado que llevaba meses luchando contra una enfermedad que apenas unos meses más tarde acabó con su vida, de la forma más cruel que el destino puede elegir…Ella no quería que él la viese sufrir, no quería bajo ningún concepto que la viese débil, que viese la enfermedad en su mirada..Ella sólo quería que él la recordase siempre con esa sonrisa encantadora y cautivadora en su cara, que la recordase hablando de esos proyectos futuros, de esa ilusión permanente por hacer cosas bonitas, por seguir siendo una gran persona y por si no pudiesen volverse a ver, que él siempre tuviese un gran recuerdo de ella..

Aquella mañana él recibió un mensaje en su teléfono en forma de puñal directo a su corazón, un mensaje que se le clavó en el alma..La noticia fue desgarradora, la sonrisa se había apagado sin avisar, sin despedirse, sin apenas poder decir una palabra…era lo que ella había decidido, sólo quiso dejar su recuerdo, su esencia, su huella..

Su mejor amiga, entre lágrimas, le dijo que hasta en sus últimos días…ella siempre le hablaba de él, cómo una persona especial y que sentía mucho no haberse despedido….pero que era, según ella, «mejor así»..

Hoy se cumple un año desde que ese puñal se clavase en su alma para siempre, desde que su amiga se fue a iluminar con su sonrisa el cielo y él, llora desconsoladamente delante de su ordenador, en su habitación, sin poder parar de escuchar » The winner takes it all», aquella canción de ABBA que nunca pudieron cantar juntos….????

«La vida puede ser corta, a veces hasta efímera…pero los recuerdos siempre son eternos…»

Óscar Cebollero

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