Huida: ¿qué fue de Samantha?

Samantha estaba angustiada. El peso de la culpa era demasiado insistente esta vez y se le hacía duro soltar lastre. Su decisión de huir de casa de Tom aquella noche sigue anclada en su mente, y aunque piensa que hizo lo adecuado, no puede dejar de ponerse en su piel y en el sufrimiento que debía estar pasando. En el fondo, era consciente que habían sido 5 años intensos que había tirado por la borda.

Ella sabía que había tenido la opción de haberse callado todo para poder seguir con su relación como si nada, o podría haberle dicho a Tom toda la verdad, esperando su perdón. Pero hizo lo que creía que era lo correcto, echarse a sus espaldas esa culpa que hoy le tortura sin piedad, y que sabe que tenía que afrontar desde su soledad y dolor. Sólo de ese modo, estaba convencida de que llegaría un momento en el que se sentiría liberada.

Samantha era la hija mayor de dos hermanos, sus padres eran lo que podía considerarse como muy chapados a la antigua, de educación muy autoritaria y con muchos ideales que convertían en auténticos dogmas. El bien y el mal estaban muy marcados en la infancia de Samantha, lo cual habría ocasionado que en su mente habitase una gran conciencia moral, y ella era consciente de ello. Todo ese conjunto de normas y valores que había construído en su cabecita le encaminaba a decretar cuáles eran los límites permitidos en su conducta.

Por ello, cuando juzgaba que había hecho algo que no era digno de su moral, tomaba la decisión de castigarse a sí misma de una forma excesivamente autoritaria y es cuando aparecía el sentimiento de culpa, y lo que es peor, pensar que lo correcto y adecuado era sentirse así.

Samantha era su propia juez implacable, su castigadora, su peor enemigo, y para evitar autosentenciarse, para no sobrepasar esos límites morales que ella misma se auto imponía, tomaba decisiones que no eran lo que realmente necesitaba.

En su huida de la culpa, se encargaba de llevar una vida tranquila y sosegada, sin apenas tiempo para salir con amigas o hacer actividades que pudiese catalogar como alocadas. Su única afición era leer libros, una verdadera válvula de escape. Con la lectura, podía imaginar viajar a países exóticos, vivir situaciones que en la vida real le superarían, traspasar todos los límites inimaginables. Era feliz metiéndose en el papel de los protagonistas y de esa forma, vivía una vida paralela ficticia a la que aparentemente no podía castigar.

Cuando conoció a Tom, muy diferente a ella, le sedujo especialmente su alta capacidad de vivir al máximo sin culparse a sí mismo por ello. Le encantaba la idea de atraer a su vida a alguien con un way of live que Samantha no podía llevar y, mediante manipulación emocional, conseguir cambiarle, sacarle de esa rutina de adrenalina y hacerle entender que lo correcto era ser como era ella, y ese fue el gran error de Tom, y el motivo principal que desencadenó en la huida de Samantha.

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